CEMITA
Como muchos manjares de Puebla, la
cemita es una de los más representativos platillos poblanos que hacen de
nuestra gastronomía única y especial. Prácticamente lo tiene todo, es barata,
deliciosa, de fácil preparación y con
seguridad matará tu hambre.
El nombre, de acuerdo con Benítez,
tiene relación con el pan sin levadura de origen judío (semita) cultivado en
España por la población sefardita (judío-española) desde el Imperio Romano.
Puebla tributaba a Madrid con toneladas de panes seis veces al año, para
abastecer sus tripulaciones de altamar en los océanos Atlántico y Pacífico.
La cemita con dicho nombre surge a
mediados del siglo XIX, en coincidencia con la consolidación de los talleres de
cerámica de talavera, la industria textil y la producción artesanal de vidrio
en el Valle de Puebla.
De ese mismo periodo (1913) data
el adorno del pan con dibujos con ajonjolí, en cuya cubierta los artesanos
alcanzaron gran destreza en el trazo: flores, estrellas, animales, frases,
nombres y paisajes. Es célebre en Puebla una comida que el general Maximino
Ávila Camacho brindó en Teziutlán en la que las cemitas consumidas tenían
dibujado el escudo de armas de ese municipio.
Ingredientes:
va dependiendo de
las personas que las consumirán.
·
cemitas
(o pan redondo de 8 cm.) abierto a la mitad.
·
4
aguacates, maduros
·
3 / 4
de queso de rancho, rebanado en tiras delgadas
·
3 / 4
de queso Oaxaca, finamente deshebrado
·
2
tazas de hojas de pápalo
·
8
chiles de chipotles al gusto (ver receta chiles Chipotles a la poblana),
partidos
·
16
rebanadas de cebolla, cortada en sesgo por mitad.
·
1 / 2
taza de aceite de oliva
·
Sal al
gusto.
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